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Cuento: Misteriosa Aparición es Vista y Escuchada Simultáneamente en Distintos Lugares

Relatos de antepasados nos dan una idea de lo mucho que ha cambiado nuestra ciudad y su gente.
Y justo de aquellas personas que vivieron allá por el año de 1905 nos ocuparemos por esta ocasión.
En aquellos remotos años mucha gente a quienes un misterioso personaje los mantenía realmente atemorizados y llenos de dudas al saber tan poco del mismo pues al pasar del tiempo se volvió muy conocido a pesar de ser tan serio y no conversar ni una palabra con los demás.
Nadie supo como era que un extraño sujeto de apariencia misteriosa y sumamente tenebrosa era capaz de aparecer al mismo momento en varias calles; nunca nadie pudo saber como era que podía ser visto y escuchado a la misma hora en distintas zonas del San Luis del ayer.
Se dice que a eso de las diez de la noche y sólo en los meses de octubre y noviembre de cada año se veía caminar a un solitario sujeto quien vestía completamente de negro y aunque el sol ya se había ocultado horas antes, este mismo hombre llevaba puesto un sombrero muy grande y antiguo el cual nunca se quitaba.
Este misterioso personaje era conocido como el hombre que vendía gorditas de cuajada y quien se comenta que se le veía atravesar los largos y entonces muy polvosos caminos cercanos a La Garita ya que vivía por esos lares.
El mismo llegaba poco a poco hasta el centro de nuestra ciudad, donde empezaba a ser escuchado y visto por las asustadas personas quienes a pesar de sentir cierto temor al verlo eran capaces de aproximarse y comprarle la suculenta mercancía que noche a noche vendía por las estrechas, oscuras y empedradas calles de nuestra ciudad.
Muchas personas decían que al mismo tiempo que lo escuchaban justo fuera de sus casas, había otras quienes también lo escuchaban & veían exactamente a la misma hora por rumbos muy alejados sin comprender como era eso posible.
Se dice que otros pocos no se aproximaban al verlo sino que sólo se santiguaban y de inmediato se encerraban en el interior de sus casas.
También se dijo que el solitario hombre iba acompañado por un perro negro el cual lo seguía hasta desaparecer en el horizonte.
Cuentan los que lo conocieron que Don Antonio fue un hombre muy serio y trabajador quien vivió en el entonces lejano rumbo de la Garita y quien nunca regresó con vida a su humilde casa pues según se recuerda una mañana muy triste fue encontrado sin vida; no se sabe que ó quien acabó con su existencia y su fiel compañero, que era el perro negro, estuvo siempre a su lado sin separarse ni un instante del cadáver de quien fuese su dueño por tantos años.
Hace unos meses estando en una reunión comenzamos a contar algunas de las historias y leyendas de misterio que hemos escuchado y una de las ahí presentes quien es la amable Maestra Ana Lucía nos dijo que su abuelita escuchaba y veía a ese temible hombre quien caminaba lentamente empujando una vieja y muy pesada carreta de madera.
Nos describió al mismo como un hombre de unos 80 años, de apariencia humilde y muy delgado quien parecería estar jorobado y muy cansado dado a su avanzada edad.
También recordó que su abuelita se refería a él como un ánima en pena que aún vaga para poder algún día ver la luz.
La gente se ponía muy nerviosa al escuchar aquella decrépita voz la cual decía…
“Gooorditas de cuajadaaaaa”
Se escuchaba desde lejos y poco a poco salían las personas para comprarle la deliciosa mercancía y así poder cenar una vez más reunidos en sus respectivos hogares.
Se comentó también que si alguna gordita de cuajada no se cenaba esa misma noche, la misma era encontrada a la mañana siguiente convertida en cenizas.
Muchas personas llegaron a la conclusión de no volver a comprar más con la esperanza de dejar de verlo y escucharlo pero seguían siendo testigos de la misteriosa presencia del más allá.
Otros aseguraban que justo al pasar el extraño hombre por fuera de sus viviendas se escuchaban unas gruesas y pesadas cadenas de metal las cuáles eran arrastradas con gran dificultad.
Y así se volvió una costumbre ver y escuchar al fantasmal sujeto quien sólo en ciertos meses deleitaba los paladares de los asombrados potosinos quienes hoy en día ya no existen pero que nos han dejado una historia más para poder compartir sintiendo e imaginando esa voz de ultratumba a la que de seguro tampoco olvidaríamos al escuchar vender las ‘gooorditas de cuajadaaaaa” mientras caminamos allá por las calles de Zaragoza, 5 de Mayo, Aldama, Guerrero y Universidad que es por donde ha sido visto y escuchado.
Y usted, mi estimado lector…
Algún antepasado le describió al fantasmal hombre??
Ha visitado la bella iglesia localizada en La Garita??
Ha olido ó degustado alguna vez las deliciosas gorditas de cuajada??

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