Ciencia

Las toxinas del veneno de alacrán podrían frenar el crecimiento del cáncer

Este bloqueo impide que las células cancerígenas se sigan reproduciendo

Un proyecto científico gestado desde hace más de una década ha arrojado resultados prometedores en la lucha contra el cáncer de mama. Demetrio Rodríguez Fajardo, estudiante de Medicina en la Universidad de Guadalajara (UdeG), ha demostrado que proteínas presentes en el veneno de alacrán podrían inhibir el crecimiento de células tumorales.

Desde el laboratorio del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Rodríguez Fajardo realizó un estudio in vitro con células tumorosas afectadas por mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2. Las muestras fueron tratadas con toxinas extraídas de dos especies de alacrán originarias del Occidente de México: Centruroides limpidus tecomanus (Colima) y Centruroides suffusus (Durango).

El joven investigador logró identificar una proteína con la capacidad de bloquear otras encargadas de los mecanismos de reparación celular. Este bloqueo impide que las células cancerígenas se sigan reproduciendo. “Si no hay reparación, la célula pierde su capacidad para duplicarse”, explicó Rodríguez.

El proceso incluyó métodos cromatográficos para separar los componentes del veneno y evaluar su impacto comparativo frente a tratamientos convencionales como la quimioterapia. Además del crecimiento celular, se analizaron indicadores de apoptosis (muerte celular programada) y necrosis.

Rodríguez, de apenas 23 años, asegura que la idea surgió desde la secundaria, motivado por una clase sobre venenos animales y el fallecimiento de un ser querido por cáncer de mama. Desde entonces, buscó asesoría con especialistas de la UdeG y de la UNAM, hasta lograr desarrollar una investigación sólida que en 2018 fue reconocida con el Premio Estatal de Innovación, Ciencia y Tecnología de Jalisco.

Aunque aún en fase experimental, esta investigación abre la puerta al desarrollo futuro de tratamientos alternativos contra el cáncer basados en propiedades bioactivas del veneno de alacrán. “Estos animales datan del Período Silúrico, hace más de 400 millones de años. Son especies con mucha información que aportar”, concluye Rodríguez.

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