La historia detrás del éxito de Pedro Pascal
El actor reconoce que nunca habría llegado tan lejos sin el apoyo incondicional de su familia y amigos

Pedro Pascal, que cumplió 50 años el pasado 2 de abril, es hoy una de las estrellas más queridas de Hollywood, aunque su camino hacia la fama estuvo lejos de ser fácil. Durante años, pensó en abandonar la actuación, frustrado por la falta de oportunidades y la presión de alcanzar el éxito antes de los 30. Llegó a considerar convertirse en enfermero o profesor de teatro, pero su familia —especialmente su hermana Javiera Balmaceda, actual productora en Amazon Studios— se encargó de recordarle su talento, apoyándolo incluso con dinero para sobrevivir.
En su círculo de “ángeles” también estaba Sarah Paulson, actriz y amiga desde que ambos eran adolescentes en Nueva York. Pascal, recién llegado a la ciudad para estudiar en la Escuela de Artes Tisch, encontró en ella y su grupo de amigos una familia adoptiva. Paulson lo apoyó en los momentos más duros, llegando a darle parte de su sueldo para que pudiera comer.
Durante los años 90, Pascal alternaba audiciones para comerciales y películas de bajo presupuesto con trabajos como camarero. A finales de la década, se mudó a Los Ángeles, donde consiguió papeles menores en series como Buffy, cazavampiros y Tocados por un ángel. Sin embargo, la muerte de su madre lo llevó de vuelta a Nueva York, donde volvió a enfrentar dificultades económicas.
El giro llegó en 2013 gracias a un gesto de Paulson. Ella contactó a su amiga Amanda Peet para que mostrara una cinta de audición de Pascal a su esposo, David Benioff, uno de los creadores de Juego de tronos. Ese contacto le abrió la puerta al papel de Oberyn Martell, personaje que marcaría su gran salto mediático.
A partir de ahí, su carrera despegó: protagonizó Narcos como el agente Javier Peña y se consolidó como figura internacional. La “fiebre Pascal” no ha parado desde entonces, impulsada por su carisma, versatilidad y cercanía con el público.
Hoy, mirando hacia atrás, el actor reconoce que nunca habría llegado tan lejos sin el apoyo incondicional de su familia y amigos. “Tuve ángeles a mi alrededor todo el tiempo”, ha dicho. Y esos ángeles fueron clave para que el mundo conociera al Pedro Pascal que hoy conquista la pantalla grande y chica.