El Museo Universitario del Chopo inauguró el pasado 2 de agosto la exposición La imagen interceptada, una muestra que recorre cinco décadas del trabajo de la artista Carla Rippey. La exhibición reúne 120 piezas entre dibujos, grabados, collages, cerámicas, esculturas, instalaciones y libros de artista, que dan cuenta de un universo visual, literario y político profundamente ligado al archivo y la memoria.
Curada por Tania Ragasol, la muestra plantea al archivo no solo como fuente visual, sino como herramienta intelectual y forma de pensamiento, donde la imagen se convierte en una memoria activa capaz de generar significados personales y colectivos. Desde finales de los años setenta, Rippey ha trabajado con fotografías, recortes de prensa, álbumes familiares y materiales digitales que combinan lo íntimo y lo público, dando forma a una práctica que mezcla lo artesanal con lo tecnológico.
Influenciada por conceptos como la “estética del collage” y la “fragmentación positiva” del arte feminista, la artista utiliza el corte, la mezcla y la recontextualización para recomponer el mundo, explorando temas como la memoria, la política y el género.
Nacida en Kansas en 1950, Rippey formó parte de importantes movimientos políticos y artísticos en Chile y México, participando en colectivos y colaborando en la creación de serigrafías políticas. Actualmente es directora y profesora en La Esmeralda, Escuela Nacional de Artes Plásticas.
La imagen interceptada marca su regreso al Chopo y reafirma su lugar en la escena del arte contemporáneo mexicano, demostrando que el archivo es mucho más que un documento: es un detonador visual, político y afectivo que desafía el olvido.