Ciencia

El inquietante silencio del cosmos

¿están las civilizaciones alienígenas escondidas en un “bosque oscuro”?

La paradoja de Fermi sigue siendo uno de los grandes enigmas de la ciencia moderna: si el universo tiene 13.800 millones de años y nuestro sistema solar apenas 4.600 millones, debería haber habido tiempo suficiente para que otras formas de vida inteligente desarrollaran sociedades interestelares. Entonces, ¿dónde están?

Entre las múltiples hipótesis propuestas, una de las más perturbadoras es la del Bosque Oscuro, popularizada por el escritor chino Cixin Liu. Según esta teoría, las civilizaciones evitan deliberadamente emitir señales para no ser detectadas por vecinos hostiles. El universo sería, entonces, como un bosque en penumbra, donde cada civilización es un cazador que dispara primero para sobrevivir.

Algunos científicos consideran plausible este escenario. El astrofísico Seth Shostak, del Instituto SETI, recuerda que la historia humana está llena de ejemplos de agresión preventiva para asegurar la supervivencia. En este sentido, el miedo tendría un valor evolutivo indiscutible.

Sin embargo, otros expertos rechazan la idea de manera contundente. La astrofísica Moiya McTier señala que es improbable que todas las civilizaciones actúen igual, pues incluso en la Tierra las culturas presentan comportamientos diversos: desde la agresión hasta la cooperación. Si una sola sociedad decidiera transmitir un saludo, ese “bosque oscuro” se iluminaría como una hoguera visible para todos.

Además, ocultar la existencia de una civilización avanzada sería extremadamente difícil. Como explica Shostak, la humanidad lleva más de un siglo emitiendo señales de radio al espacio sin intención de detenerse, y es probable que otras civilizaciones también se delaten de manera accidental.

Los críticos añaden que la analogía del bosque falla frente a la verdadera naturaleza del universo: el espacio es tan vasto que incluso si existieran civilizaciones hostiles, las distancias entre ellas reducirían el incentivo de un ataque preventivo.

Aun así, persiste un escenario inquietante: ¿y si el silencio cósmico se debe a que alguna civilización depredadora se encarga de exterminar cualquier indicio de vida tecnológica? Para el astrobiólogo Ian Crawford, esta posibilidad, aunque remota, sería la explicación más aterradora a la paradoja de Fermi.

Por ahora, seguimos sin pruebas de vida extraterrestre. Puede que estemos solos. Puede que las demás civilizaciones se hayan autodestruido. O quizá, como advierte la hipótesis del Bosque Oscuro, todos estén ahí fuera, escondidos en un silencio sepulcral, temiendo ser descubiertos.

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