El uso excesivo de pantallas electrónicas —computadoras, teléfonos móviles, tabletas y televisores— se ha convertido en una preocupación creciente para especialistas en salud. Según la American Optometric Association, pasar más de seis horas al día frente a dispositivos digitales puede provocar el llamado síndrome de visión digital, cuyos síntomas incluyen fatiga ocular, dolor de cabeza, visión borrosa y sequedad en los ojos.
Sin embargo, los riesgos no se limitan a la vista. Permanecer largos periodos frente a una pantalla favorece el sedentarismo, aumentando el riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. En el ámbito psicológico, el exceso de tiempo conectado se relaciona con problemas de sueño, depresión y ansiedad, especialmente en jóvenes y adolescentes.
Los especialistas recomiendan aplicar la regla del 20-20-20: cada 20 minutos, mirar algo a 20 pies de distancia (unos seis metros) durante 20 segundos, para reducir la fatiga ocular. Además, sugieren ajustar el brillo de los dispositivos y establecer límites de uso, particularmente en menores de edad.
Aunque las pantallas son herramientas indispensables en la vida actual, su uso consciente es clave para evitar consecuencias negativas. Reducir el tiempo frente a ellas, fomentar actividades al aire libre y mantener una rutina de descanso adecuada son pasos sencillos pero efectivos para proteger la salud.