El Festival Internacional de Cine de San Luis Potosí (FIC SLP) no es solo ver películas en una pantalla grande. Es un punto de encuentro para cineastas, productores y amantes del séptimo arte, un lugar donde se aprende, se conecta y se hace cine de verdad.
Del 24 al 26 de octubre, la ciudad se llena de estrenos con invitados especiales, talleres prácticos, paneles y un mercadito único. Este último no es cualquier tianguis: aquí las productoras locales y nacionales se encuentran, resuelven dudas sobre locaciones, casting, catering y permisos, y demuestran que San Luis Potosí tiene talento y estructura para cualquier producción, grande o pequeña.
El reality cinematográfico es otro de los platos fuertes: equipos de mínimo tres personas deben crear un cortometraje completo en 72 horas, desde el guion hasta la edición final. Un reto creativo que no distingue entre principiantes y profesionales: hace unos años, una niña de 12 años ganó frente a cineastas experimentados.
Los talleres y paneles están pensados para todos: desde quienes quieren dar su primer paso en el cine hasta quienes buscan perfeccionar técnicas de actuación o dirección con expertos nacionales, incluyendo a los mejores directores de fotografía de México. La consigna es clara: participar, aprender y conectar.
Pero el festival va más allá de la formación. Busca impulsar la industria audiovisual local, demostrando que los cineastas de San Luis Potosí pueden cubrir cualquier producción sin depender de talento externo. Es una plataforma para visibilizar el talento, generar oportunidades y consolidar la comunidad audiovisual.
“Vencer la apatía ha sido nuestro mayor reto”, dicen los organizadores. Pero el objetivo es firme: mostrar que San Luis Potosí es un lugar de cine, donde se hace, se aprende y se conecta con el mundo audiovisual.