Robert Redford, uno de los grandes íconos de Hollywood durante más de seis décadas, falleció este martes a los 89 años en su casa de Sundance, Utah. La noticia fue confirmada por el diario The New York Times, que citó un comunicado de Cindi Berger, directora ejecutiva de la firma de relaciones públicas Rogers & Cowan PMK. Según Berger, el actor murió mientras dormía, rodeado de sus seres queridos, y no se informó la causa específica de su deceso. “Falleció en el lugar que amaba, rodeado de la gente que amaba”, expresó su publicista.
Nacido como Charles Robert Redford Jr. el 18 de agosto de 1936 en Santa Monica, California, Redford comenzó su carrera como actor en los años 60 y alcanzó la fama internacional en la década de los 70 con cintas como El candidato, Todos los hombres del presidente y Tal como éramos. En 1980 debutó como director con Gente como uno (Ordinary People), con la que ganó el Óscar a Mejor Director y también obtuvo el premio a Mejor Película. Su imagen de galán rubio y sonrisa perfecta lo convirtió en uno de los actores más deseados de su tiempo, aunque siempre buscó ir más allá de su apariencia con papeles arriesgados y compromiso social.
A lo largo de su trayectoria, Redford dio vida a personajes memorables: desde el periodista Bob Woodward del Washington Post, hasta un cazador solitario en Jeremiah Johnson y un agente secreto en el Universo Cinematográfico de Marvel. Compartió pantalla con estrellas como Jane Fonda, Meryl Streep y Tom Cruise, pero su dupla más célebre fue con Paul Newman, con quien protagonizó Butch Cassidy and the Sundance Kid (1969) y El golpe (1973), esta última ganadora del Óscar a Mejor Película.
Más allá de su trabajo en pantalla, Redford dejó un legado clave como impulsor del cine independiente. Fundó el Sundance Institute y el Festival de Sundance, que se convirtió en una plataforma internacional para cineastas emergentes. En sus últimos años participó en producciones destacadas como África mía (1985), All Is Lost (2013) —donde interpretó en solitario a un náufrago— y The Old Man and the Gun (2018), que consideró su despedida del cine. “Desde los 21 años no he parado. Ahora que estoy en mis 80, creo que es tiempo de pensar en el retiro y pasar más tiempo con mi esposa y mi familia”, dijo en una entrevista con Associated Press.
Además de su trabajo en el cine, Redford fue un activo defensor de causas ambientales y dedicó buena parte de su vida a preservar los paisajes naturales de Utah, el estado donde vivía desde hacía décadas. Con su muerte, el cine estadounidense pierde a una de sus figuras más emblemáticas: actor, director, activista y mentor de generaciones enteras de cineastas independientes.