Ignacio López Bocanegra, mejor conocido como Nacho López (1923–1986), fue uno de los fotógrafos más influyentes del siglo XX en México. Su lente capturó como pocos la vida cotidiana, el movimiento urbano y la identidad popular de una Ciudad de México que comenzaba a transformarse a mediados del siglo pasado.
Durante la década de 1950, López se consolidó como fotorreportero, colaborando con publicaciones como Mañana, Así, Hoy, ¡Siempre!, Life y Artes de México. En esas páginas retrató desde escenas callejeras hasta expresiones culturales, plasmando un retrato social de una capital llena de contrastes.
Además de su aguda mirada periodística, Nacho López mostró un profundo interés por las artes escénicas. Realizó un importante registro de la danza contemporánea mexicana, documentando con su cámara el cuerpo en movimiento y la sensibilidad de los artistas.
En 1956 incursionó en el cine, otra de sus grandes pasiones. A lo largo de su vida filmó diversos documentales, noticieros y cortometrajes, y en 1972 fue reconocido con un premio por su trabajo Los hombres cultos.
Las fotografías actualmente exhibidas pertenecen al acervo del Museo de la Ciudad de México. Algunas forman parte de su etapa como fotorreportero en los años cincuenta, mientras que otras corresponden a una serie realizada a comienzos de los años ochenta, en la que el motivo central vuelve a ser el paisaje urbano y la vida cotidiana de la capital.
Entre la poesía visual y la crónica, Nacho López supo mirar la ciudad no solo como escenario, sino como un organismo vivo. Su legado permanece como una ventana íntima a la historia social y cultural del México moderno.