El fenómeno de los fantasmas ha cautivado a la humanidad durante siglos. Aunque no existe evidencia científica que confirme su existencia, millones de personas en todo el mundo aseguran haber tenido encuentros con lo paranormal. Pero ¿por qué tanta gente está convencida de haber visto un fantasma?
El psicólogo Christopher French, profesor emérito de la Universidad de Londres y autor de La ciencia de lo extraño, sostiene que muchos avistamientos son “interpretaciones sinceras pero equivocadas de fenómenos naturales”. Según explica, el cerebro humano tiende a buscar patrones y rostros donde no los hay, un proceso conocido como pareidolia.
Otros factores como el efecto expectativa, los falsos recuerdos y la parálisis del sueño pueden hacernos percibir presencias o figuras inexistentes. “Que no se te ocurra una explicación no significa que no la haya”, afirma French.
Además del componente psicológico, la historia también influye: desde los fantasmas medievales con asuntos pendientes hasta las sesiones de espiritismo victorianas, la forma en que imaginamos a los espíritus refleja nuestras propias creencias, miedos y deseos de trascendencia.
En última instancia, la persistencia de estas experiencias no demuestra la existencia de lo sobrenatural, sino la profunda necesidad humana de encontrar sentido y consuelo en lo desconocido.
