Tras el terremoto cultural de Motomami, Rosalía sorprende con LUX, un álbum que desacelera y mira hacia adentro. Donde antes hubo ritmos virales y exceso digital, ahora hay cuerdas, silencio y una espiritualidad radical. Inspirado por la mística femenina y construido entre lenguas, liturgias y orquestas, LUX abandona la ironía y abraza la devoción.
El disco —disponible este 7 de noviembre— combina trece idiomas, colaboraciones inesperadas como Yaritza y Su Esencia, y una búsqueda artística que se siente más como un ritual que como un espectáculo pop. “Quería escribir desde el misterio y la fe”, confesó Rosalía en su paso por México.
En tiempos de inmediatez y algoritmos, LUX apuesta por lo opuesto: un viaje que pide silencio, atención y vulnerabilidad. Si Motomami fue vértigo, LUX es trascendencia.
					
				



