Ciencia

Los verdaderos zombis del planeta

Parásitos que controlan la mente y el cuerpo de sus víctimas

Aunque los zombis son íconos del cine de terror y la cultura pop, con sagas como The Walking Dead o Resident Evil, la naturaleza esconde versiones reales aún más aterradoras. Existen organismos capaces de manipular a otros seres vivos hasta convertirlos en verdaderos “muertos vivientes” biológicos.

Uno de ellos es el Toxoplasma gondii, un protozoo que infecta cerebros de humanos y animales. En ratones, elimina el miedo a los gatos para que sean devorados y así continuar su ciclo vital; en humanos, puede alterar la dopamina, aumentando la agresividad y la impulsividad.

En el reino de los hongos, el Ophiocordyceps unilateralis convierte a las hormigas en zombis obedientes: las obliga a trepar plantas y morir sujetas a una hoja para que el hongo crezca y disperse sus esporas. Este fenómeno inspiró el videojuego The Last of Us.

También hay gusanos que manipulan grillos y mantis para inducirles conductas suicidas, como lanzarse al agua, donde los parásitos se liberan para reproducirse. Otros, como Leucochloridium paradoxum, transforman los tentáculos de los caracoles en apéndices brillantes que atraen a las aves, sus depredadores naturales.

Las avispas también son maestras del control. Ampulex compressa, la llamada “avispa esmeralda”, inyecta un veneno que anula la voluntad de las cucarachas, guiándolas dócilmente hasta su nido, donde servirán de alimento a sus larvas.

Estos ejemplos muestran que la naturaleza supera a la ficción: existen verdaderos zombificadores que modifican mentes, cuerpos y conductas con precisión letal.

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