Los dientes del dragón de Komodo siempre han sido motivo de admiración por su forma triangular, curvada y con bordes tan afilados como un cuchillo de carne. Sin embargo, un nuevo estudio reveló un detalle sorprendente: están recubiertos de hierro, una adaptación nunca antes vista en reptiles.
El dragón de Komodo —el reptil más grande del mundo y originario de Indonesia— es de gran interés para los paleontólogos debido a sus similitudes con los dinosaurios. Por ello, descubrir metal en sus dientes abre nuevas líneas de investigación sobre la evolución dental.
“Nunca habíamos visto hierro en los dientes de los reptiles”, señaló Domenic D’Amore, paleontólogo de la Universidad Daemen.
El hallazgo surgió cuando Aaron LeBlanc, investigador del King’s College de Londres, notó un tenue brillo anaranjado en los bordes dentados de varios especímenes conservados en museos. Tras múltiples análisis, el equipo confirmó que ese color provenía de hierro presente en una delgada capa sobre el esmalte, especialmente concentrado en las serraciones, lo que refuerza su capacidad para desgarrar carne.
El estudio también encontró trazas de hierro en dientes de otros varanos, crocodilianos e incluso en fósiles de dinosaurios, aunque en estos últimos el metal pudo incorporarse durante la fosilización. Paleontólogos coinciden en que estos descubrimientos revelan la diversidad de estrategias evolutivas para fortalecer la dentadura.
“Los reptiles aún guardan muchas sorpresas”, concluyeron los autores. Este hallazgo podría cambiar lo que sabemos sobre la adaptación dental de especies actuales y extintas.




