El arte contemporáneo tiene la capacidad de cuestionar, incomodar y sorprender a partir de lo aparentemente simple. Así lo demuestran las exposiciones actuales del Museo de Arte Contemporáneo (MAC), donde el público puede encontrarse con propuestas que replantean los lenguajes tradicionales del arte desde miradas críticas y profundamente personales.
Una de las artistas presentes es Beatriz Simón, cuyo trabajo se construye a partir de materiales asociados al ámbito doméstico y al embellecimiento personal, como envases vacíos, manteles, esmaltes de uñas y restos de polvo doméstico. A través de estos elementos, Simón reescribe el lenguaje pictórico desde una perspectiva feminista, cuestionando los silencios históricos y la falta de reconocimiento a las mujeres en la historiografía del arte.
Las obras invitan a un recorrido que va de la introspección a la crítica social, combinando gestos performativos, memoria colectiva y experimentación material. El resultado es una experiencia estética que transforma lo cotidiano en un discurso visual cargado de significado, donde lo íntimo dialoga con lo político.
La propuesta del MAC también dialoga con reflexiones como la de Virginia Woolf, quien en Una habitación propia (1929) afirmaba que muchas obras anónimas de la historia fueron creadas por mujeres invisibilizadas por su contexto.
Las exposiciones pueden visitarse de martes a sábado de 10:00 a 18:00 horas, con entrada libre de 16:00 a 18:00 horas, y domingo de 10:00 a 14:00 horas, con acceso gratuito. El costo general es de 25 pesos, con 15 pesos en precios especiales.
