La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos emitió este 31 de diciembre una alerta por tormenta solar, derivada de una llamarada registrada en la superficie del Sol, informó el Centro de Predicción del Clima Espacial.
De acuerdo con el organismo, se detectó una emisión de radiación solar de tipo II, fenómeno que ocurre en asociación con erupciones solares y que suele indicar la presencia de una eyección de masa coronal. La llamarada generó una onda de radiación que se desplazó a una velocidad aproximada de 893 kilómetros por segundo.
Posteriormente, la NOAA emitió una segunda alerta por emisiones de tipo IV, las cuales están vinculadas a erupciones solares más intensas y a tormentas de radiación capaces de provocar perturbaciones en el entorno espacial de la Tierra.
Las tormentas solares pueden afectar sistemas tecnológicos e infraestructuras, como el GPS, las comunicaciones de radio de alta frecuencia y algunos sistemas utilizados en la aviación. También existe el riesgo de interferencias en satélites y, en casos extremos, daños en redes eléctricas de alta tensión.
Aunque estos eventos no representan un riesgo directo para la salud humana, pueden provocar fenómenos visuales como auroras boreales visibles en latitudes poco habituales, lejos de las regiones polares.
Las autoridades espaciales continúan monitoreando la actividad solar para evaluar la evolución de la tormenta y sus posibles efectos en las próximas horas.




