Este domingo, Amy Winehouse habría cumplido 42 años, y aunque su vida terminó trágicamente a los 27, su influencia sigue resonando en la música contemporánea. La cantautora británica se convirtió en una de las voces más icónicas del pop y el soul, reconocida tanto por su talento desbordante como por la intensidad de su vida personal.
Winehouse debutó en 2003 con Frank, un álbum que la colocó en el radar de la crítica británica y le valió una nominación al Mercury Prize. Sin embargo, fue en 2006 cuando alcanzó la consagración con Back to Black, disco que le otorgó cinco Premios Grammy en una sola noche —incluyendo Canción del Año y Mejor Artista Nueva— y la convirtió en la primera artista británica en lograrlo.
Su estilo inconfundible, su voz cargada de emoción y su estética singular —desde el peinado beehive hasta sus tatuajes— marcaron tendencia e inspiraron a generaciones de artistas y diseñadores.
Aunque su vida estuvo marcada por excesos, conflictos legales y problemas de salud, su muerte en 2011 no hizo más que consolidar su estatus de leyenda, sumándola al infame “Club de los 27” y dejando un legado eterno en la historia de la música.