
Científicos crean una piel sintética que humaniza a los robots
*Capaz de sentir con una precisión nunca antes vista: presión, temperatura, humedad e incluso daño físico.
Imagina un robot que pueda reaccionar como tú al tocar algo caliente, sentir un golpe o saber si lo rozaron suavemente. Eso que parecía ciencia ficción está más cerca de la realidad. Un equipo de investigadores británicos acaba de desarrollar una piel robótica capaz de sentir con una precisión nunca antes vista: presión, temperatura, humedad e incluso daño físico.
Este avance, publicado en la revista Science Robotics, utiliza un material suave y elástico llamado hidrogel conductor, que imita algunas de las funciones más complejas de la piel humana. Y lo mejor: es una sola capa, resistente, autorreparable y moldeable a formas tan complejas como una mano.
A diferencia de otros diseños que necesitan varios sensores diferentes, esta piel combina todo en un solo material, gracias a una técnica llamada tomografía de impedancia eléctrica. En pocas palabras: mide cómo cambian las señales eléctricas en la superficie al recibir estímulos distintos. Así puede diferenciar si fue un golpe, una quemadura o un simple toque.
La piel fue puesta a prueba con cortes, calor, presión y golpes. El sistema detectó no solo el tipo de contacto, sino también el lugar exacto donde ocurrió, incluso en zonas complicadas como los dedos.
Para probar su funcionamiento, los científicos moldearon el hidrogel con forma de mano humana. Le pusieron 32 electrodos alrededor de la muñeca (¡ninguno en los dedos!) y aun así logró identificar cada tipo de estímulo con precisión sorprendente.
Por ejemplo:
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Una cortada bajaba la conductividad del material a cero.
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Un objeto metálico la aumentaba.
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El calor dejaba una “huella” distinta en la señal.
Todo esto lo interpretaba una inteligencia artificial entrenada con más de 1.7 millones de datos, permitiéndole reaccionar en tiempo real.
Lo increíble es que esta piel robótica no solo percibe lo que la toca: también detecta el ambiente que la rodea. Puede medir temperatura y humedad sin sensores adicionales. Esto es clave en robots de rescate, medicina o exploración espacial, donde se necesita saber tanto del entorno como del contacto físico.
Durante pruebas de laboratorio, la piel registró cambios ambientales durante 100 horas seguidas, y los interpretó con alta precisión usando solo 50 canales de datos. Así, un robot con esta piel sabría si está en un lugar seco, húmedo, frío o caliente.
Este tipo de tecnología puede transformar múltiples campos:
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Prótesis inteligentes que se sienten como una extremidad real.
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Robots médicos que realicen cirugías con sensibilidad.
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Vehículos autónomos que reaccionen ante el entorno físico.
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Robots cuidadores que interactúen con personas de forma segura.
Aunque aún hay desafíos (como mejorar la resistencia a la humedad prolongada), los resultados son prometedores. Esta piel robótica representa una nueva forma de diseñar tecnología: más suave, más inteligente y más parecida al cuerpo humano.