Un equipo del Instituto de Medicina de Yale, liderado por el neurocientífico Nenad Sestan, ha logrado un avance histórico en medicina de trasplantes: restablecer la función de múltiples órganos de cerdos que habían muerto durante más de una hora.
El experimento utilizó una solución llamada OrganEx, una mezcla de nutrientes, proteínas y fármacos administrada a través del sistema circulatorio. Gracias a esta técnica, órganos como el corazón, hígado, riñones y cerebro retomaron funciones básicas, incluyendo la reparación del ADN y la actividad celular. Incluso el corazón llegó a latir nuevamente.
Este descubrimiento podría revolucionar la disponibilidad de órganos para trasplantes, que actualmente se ven limitados por el tiempo y la necesidad de donantes con soporte vital. Según datos de la OMS, solo el 10% de las personas que requieren un trasplante a nivel mundial lo recibe, mientras que miles de órganos donados se desperdician cada año por no poder conservarlos a tiempo.
Sestan y su equipo recalcan que el objetivo no es “revivir” a los animales, sino estudiar cómo preservar y mejorar órganos para futuros trasplantes. El próximo paso es probar la funcionalidad de estos órganos en receptores vivos y explorar métodos para extender aún más su viabilidad.
Este avance abre nuevas posibilidades para la medicina regenerativa, el almacenamiento prolongado de órganos y, eventualmente, la personalización de órganos para receptores humanos, lo que podría reducir o eliminar la necesidad de fármacos inmunosupresores.