Plástica

Claude Monet, el pintor que transformó la luz en arte

Murió a los 86 años, prácticamente ciego, pero consagrado como una leyenda del arte universal

Claude Monet fue la figura clave del impresionismo, un movimiento que revolucionó la historia del arte y que, paradójicamente, tomó su nombre de una de sus obras. Impresión, sol naciente no solo marcó un antes y un después en la pintura moderna, sino que también dio identidad a una generación de artistas que rompieron con las reglas académicas del siglo XIX.

Desde niño, Monet mostró talento para el dibujo, especialmente en caricaturas. Con el tiempo, comenzó a interesarse por los paisajes y las marinas, géneros que le permitían trabajar al aire libre, una práctica poco común en su época. A los 19 años viajó a París para estudiar arte, con apoyo económico de su familia. Sin embargo, su carrera sufrió un giro inesperado cuando fue llamado al servicio militar por siete años y enviado a Argelia, luego de que su familia se negara a pagar su reemplazo.

Tras un año en el norte de África, una tía intercedió por él y Monet pudo regresar a Francia. A partir de entonces, emprendió varios viajes por Europa que marcarían profundamente su obra. En el Reino Unido descubrió a J.M.W. Turner, cuya manera de representar la luz influyó decisivamente en su pintura. Monet comenzó a experimentar con manchas de color que, vistas en conjunto, construían la imagen en la mente del espectador, una idea demasiado avanzada para su tiempo.

Su vida estuvo lejos de la estabilidad económica. Monet vivió durante años en la pobreza junto a su familia, pero jamás renunció a su identidad artística ni a su estilo experimental. Esa perseverancia dio frutos en la histórica exposición de 1874, donde presentó obras que no buscaban reproducir la realidad, sino capturar la impresión fugaz de un instante.

A lo largo de su carrera, Monet radicalizó su estilo: pintó trenes envueltos en humo, paisajes bañados por distintas luces y célebres series sobre un mismo motivo a diferentes horas del día y estaciones del año. En sus últimos trabajos, especialmente en los Nenúfares, las formas se disolvieron casi por completo en el color. Aunque algunos expertos atribuyen este cambio a las cataratas que afectaron su visión, Monet continuó pintando incluso tras una operación.

Claude Monet murió a los 86 años, prácticamente ciego, pero consagrado como una leyenda del arte universal. Según se cuenta, al momento de su muerte aún sostenía un pincel en la mano, fiel a la pasión que definió toda su vida.

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