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Conoce el origen del jarabe tapatío
* Esta tradicional danza folclórica, llena de color y pasión, tiene sus raíces en el estado de Jalisco
El Jarabe Tapatío es reconocido mundialmente como el «baile nacional de México». Esta tradicional danza folclórica, llena de color y pasión, tiene sus raíces en el estado de Jalisco y representa una parte fundamental del patrimonio cultural mexicano. Pero, ¿cuál es el verdadero origen de esta icónica expresión artística?
El nacimiento del Jarabe Tapatío se remonta al siglo XIX, en el contexto de la posindependencia de México. Fue el resultado de la fusión de diversas danzas y músicas españolas e indígenas, lo que dio lugar a un estilo propio que simbolizaba la identidad mestiza del país. En sus inicios, esta danza era interpretada en plazas y fiestas populares, como una celebración del pueblo mexicano.
El nombre «jarabe» proviene del árabe “syrup”, que significa mezcla, lo cual hace referencia a la combinación de diferentes ritmos que componen la música del baile. Por otro lado, el término “tapatío” hace alusión a los habitantes de Guadalajara, ciudad donde esta danza se consolidó y se popularizó ampliamente.
Una de las características más representativas del Jarabe Tapatío es el zapateado vigoroso de los bailarines, acompañado por el alegre sonido del mariachi. La vestimenta también es un elemento fundamental: las mujeres lucen vistosos vestidos de colores con amplias faldas, mientras que los hombres portan trajes de charro, en un reflejo del orgullo jalisciense.
La coreografía del Jarabe Tapatío cuenta la historia de un cortejo amoroso. El hombre intenta conquistar a la mujer a través de sus pasos y movimientos, mientras ella responde con elegancia y coquetería. Al final, la mujer acepta el amor del pretendiente y juntos celebran la unión bailando con entusiasmo.
Este baile ganó notoriedad internacional gracias a la bailarina Ana Pavlova, quien lo presentó en sus giras por Europa y Estados Unidos en la década de 1920. Desde entonces, el Jarabe Tapatío se ha convertido en un símbolo de México y es una pieza infaltable en celebraciones patrias y festivales folclóricos.
Hoy en día, el Jarabe Tapatío sigue siendo un emblema de identidad nacional. Su ejecución no solo preserva la historia y tradiciones del país, sino que también une a los mexicanos en torno a su riqueza cultural. Cada zapateado resuena como un eco del pasado que sigue latiendo en el corazón de México.