
Desaparecen los lagos rosados de Australia
Los científicos alertan que se trata de una señal visible del impacto humano en los ecosistemas.
En las vastas y contrastantes tierras de Australia Occidental, entre desfiladeros ocres y costas turquesas, se esconde un fenómeno tan extraño como hermoso: los lagos salados de color rosa fucsia. Estas joyas naturales, formadas hace millones de años por antiguos sistemas fluviales, han capturado la imaginación de generaciones, apareciendo en historias familiares, fotografías vacacionales y videoclips internacionales. Sin embargo, dos de los lagos más emblemáticos, el Pink Lake y el Lago Hillier, han perdido su color característico en las últimas décadas.
El rosa intenso de estas lagunas se debe a extremófilos como la microalga Dunaliella salina y la bacteria Salinibacter ruber, que producen betacaroteno para protegerse del sol australiano. Pero este equilibrio frágil ha sido alterado. La sobreexplotación salina en el caso del Pink Lake, y las lluvias inusuales provocadas por el cambio climático en el Lago Hillier, han reducido la salinidad y favorecido organismos verdes, haciendo desaparecer el tono rosado.
Más que una pérdida estética, los científicos alertan que se trata de una señal visible del impacto humano en los ecosistemas. “Son advertencias claras de un sistema en desequilibrio”, dice el Dr. Angus Lawrie, biólogo conservacionista. Los lagos salados, además de su valor paisajístico, son vitales para aves migratorias e invertebrados únicos, e incluso se estudian como análogos terrestres para la búsqueda de vida en Marte.
A pesar de la gravedad, hay esperanza. Proyectos de restauración ya están en marcha. El científico ambiental Tilo Massenbauer propone bombear sal del cercano Lago Warden hacia el Pink Lake, lo que podría devolverle su color en menos de una década.
Los lagos rosados, repartidos por seis continentes, son más que postales virales: son barómetros ecológicos. Su decoloración no solo entristece, sino que advierte. Y tal vez, como sugiere el Dr. Nik Callow, estemos entrando en una era donde la humanidad pase de la explotación a la reparación de su entorno.