Durante una excavación en el Parque Provincial de los Dinosaurios, en Alberta, Canadá, un grupo de estudiantes de la Universidad McGill encontró un fósil sorprendente: el ala de una libélula nunca antes registrada.
La especie, bautizada Cordualadensa acorni, vivió hace 75 millones de años y es tan distinta a lo conocido que los científicos han creado para ella una nueva familia taxonómica, Cordualadensidae. El hallazgo, publicado en el Canadian Journal of Earth Sciences, representa la primera libélula mesozoica descubierta en Canadá y abre un vacío de 30 millones de años en la historia evolutiva de estos insectos.
El fósil destaca no solo por su rareza, sino también por el nivel de detalle conservado en sus alas, que revela adaptaciones para vuelos prolongados, posiblemente migratorios. Con unos 12 centímetros de envergadura, este insecto debió ser tanto depredador de otras especies pequeñas como presa de reptiles y dinosaurios.
Más allá del valor científico, el nombre rinde homenaje al divulgador canadiense John Acorn, conocido como “Nature Nut”, quien inspiró a generaciones a interesarse por la historia natural.
Para los especialistas, este hallazgo abre una nueva ventana al ecosistema del Cretácico superior en Norteamérica y recuerda que incluso en lugares ampliamente explorados aún hay secretos que esperan ser revelados.