Ciencia

Dormir bien: la clave silenciosa para la salud mental

Quienes no logran un sueño suficiente o de calidad enfrentan lo que el organismo denomina “deficiencia de sueño”

Dormir no es un lujo, sino una necesidad biológica. Así lo recuerda el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI) de Estados Unidos, que advierte sobre los efectos del mal descanso en la salud física y mental. Según la institución, los adultos deben dormir entre 7 y 8 horas cada noche para mantener un funcionamiento óptimo del cuerpo y la mente.

Quienes no logran un sueño suficiente o de calidad enfrentan lo que el organismo denomina “deficiencia de sueño”, un trastorno que afecta la toma de decisiones, la regulación emocional y la capacidad para resolver problemas. “Si tiene deficiencia de sueño, es probable que tenga problemas para manejar las emociones y adaptarse al cambio”, señala el NHLBI.

La falta de sueño reparador también se asocia con depresión, pensamientos suicidas y conductas de riesgo, un vínculo que preocupa especialmente entre jóvenes y adolescentes. En este grupo, el instituto destaca consecuencias como cambios de humor, impulsividad, falta de motivación, problemas de atención y dificultades para relacionarse con los demás.

Por el contrario, un descanso adecuado favorece el aprendizaje, la memoria y la creatividad. Mientras dormimos, explica la entidad, el cerebro organiza y consolida la información adquirida durante el día, preparando al cuerpo para el rendimiento del día siguiente.

En resumen, dormir bien no solo restaura la energía: protege la mente, mejora el ánimo y potencia la capacidad para pensar y crear. En un mundo cada vez más acelerado, el sueño sigue siendo uno de los pilares más sencillos —y olvidados— del bienestar.

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