Más de un siglo después de formular la teoría de la relatividad general, Albert Einstein sigue sorprendiendo a la ciencia moderna. Un nuevo estudio de la Universidad de Wisconsin-Madison sugiere que sus ecuaciones podrían ayudar a proteger planetas que orbitan enanas blancas —los restos densos de estrellas como el Sol— evitando que se sobrecalienten y pierdan su habitabilidad.
Las investigadoras Eva Stafne y Juliette Becker descubrieron que la relatividad general estabiliza las órbitas de estos mundos al reducir las variaciones que generan calor extremo. En otras palabras, la curvatura del espacio-tiempo podría funcionar como un “escudo gravitacional” que permite que planetas en entornos hostiles mantengan temperaturas aptas para la vida.
Las simulaciones realizadas muestran que, sin los efectos relativistas, la mayoría de estos planetas se calientan hasta volverse inhabitables. Pero al incluir las correcciones de Einstein, muchos logran permanecer estables dentro de su zona habitable.
El hallazgo redefine cómo entendemos la habitabilidad planetaria y abre nuevas posibilidades para buscar vida en sistemas que antes se consideraban imposibles. Incluso los planetas que orbitan los “cadáveres” de estrellas podrían albergar agua líquida y condiciones favorables, gracias a la física del siglo pasado.
“La relatividad general puede actuar como un escudo dinámico”, señalan las autoras.
En otras palabras: Einstein podría ser el guardián silencioso de nuevos mundos habitables.




