Wake Up Dead Man: Un misterio de Knives Out es la tercera entrega de la exitosa saga dirigida por Rian Johnson, donde el detective Benoit Blanc vuelve a enfrentarse a un caso cargado de engaños, secretos y un asesinato aparentemente imposible. En esta ocasión, la historia se sitúa en una pequeña comunidad religiosa que queda conmocionada tras la muerte del Monseñor Jefferson Wicks, un carismático y respetado sacerdote interpretado por Josh Brolin.
El crimen ocurre el Domingo de Ramos, después de un intenso sermón. Wicks entra solo a un pequeño clóset dentro de la iglesia —un espacio sin entradas ni salidas alternativas— y segundos después se escucha un golpe seco. Al abrir la puerta, el joven sacerdote Jud Duplenticy (Josh O’Connor) lo encuentra muerto, apuñalado por la espalda con una daga decorada con una cabeza de diablo. Debido a que él es el único que pudo haber tenido acceso al lugar, Jud se convierte de inmediato en el principal sospechoso.
Ante la complejidad del escenario, Benoit Blanc (Daniel Craig) es llamado para resolver un misterio que pronto revela conexiones más profundas: corrupción, un diamante de incalculable valor y una serie de secretos que rodean la figura de Wicks, quien no era tan inocente como su comunidad creía.
Eventualmente, Blanc descubre que el asesinato fue planeado por tres personas cercanas al religioso: Martha Delacroix (Glenn Close), su esposo Samson (Thomas Haden Church) y el Doctor Nat Sharp (Jeremy Renner). Los tres querían deshacerse de Wicks para recuperar un valioso diamante escondido en la iglesia. Sin embargo, la traición entre ellos desata una cadena de muertes y confesiones que terminan revelando la verdad.
En un giro final, Jud decide ocultar el diamante para evitar que siga destruyendo vidas, mientras el legado oscuro de Wicks y su familia queda expuesto para siempre.




