Uno de los avistamientos más sorprendentes de los últimos años ocurrió en las laderas del Monte Everest, a más de 5,400 metros de altura. Un leopardo de las nieves —conocido como “el fantasma de las montañas” por su sigilo y lo difícil que es encontrarlo en estado salvaje— fue fotografiado en un territorio casi inaccesible, donde las condiciones extremas parecen imposibles incluso para la mayoría de los animales de montaña.
La fotógrafa Kittiya Pawlowski capturó las imágenes en 2022, después de recorrer más de 160 kilómetros entre las zonas montañosas de Nepal. Su objetivo era fotografiar a este felino poco común, capaz de saltar hasta 15 metros, mantener el equilibrio gracias a su larga cola y sobrevivir a temperaturas gélidas gracias a su pelaje denso. Con apenas entre 4,500 y 6,000 ejemplares en estado natural, la especie está clasificada como “vulnerable”.
Las fotografías mostraban al animal en un acantilado nevado con el Himalaya de fondo, una escena que rápidamente se volvió viral. Usuarios en redes comentaron su belleza e incluso lo compararon con personajes de cine animado. Sin embargo, el entusiasmo pronto se mezcló con la controversia.
A medida que las imágenes circulaban, crecieron las dudas sobre su autenticidad. Algunos especialistas sugirieron que se trataba de montajes, y los cuestionamientos escalaron al punto de que Pawlowski recibió amenazas de muerte. Ante la presión, la fotógrafa declaró en su sitio web que las imágenes habían sido editadas en Lightroom y Photoshop, aunque afirmó que la experiencia fue real y que su intención siempre fue promover la conciencia ambiental.
El avistamiento continúa alimentando debates, pero también recuerda la fragilidad y el misterio que rodean a los leopardos de las nieves, criaturas míticas que habitan en uno de los entornos más inhóspitos del planeta.
