En las profundidades más oscuras del océano habita una de las criaturas marinas más enigmáticas y sorprendentes: el pez telescopio, un animal cuyo aspecto parece sacado de un mundo fantástico. Su característica principal son sus ojos enormes y sobresalientes, que se proyectan como esferas luminosas capaces de captar incluso los destellos más débiles en la completa oscuridad.
Este pez vive a cientos de metros bajo la superficie, en zonas donde la luz solar no llega y donde la vida se adapta a condiciones extremas. Pese a ello, el pez telescopio ha desarrollado una extraordinaria capacidad visual, lo que le permite detectar presas y desplazarse en un entorno que para cualquier otro ser sería totalmente impenetrable.
Científicos marinos señalan que su apariencia, aunque inquietante, es un ejemplo fascinante de evolución. Sus ojos además pueden orientarse hacia arriba para localizar presas que proyectan siluetas mínimas sobre la tenue bioluminiscencia del fondo oceánico.
Este silencioso habitante del abismo continúa siendo poco visto por los humanos debido a la profundidad en la que vive, lo que alimenta su misterio y mantiene su figura como una de las más llamativas dentro del reino de las criaturas marinas abisales.
