Tras casi cinco décadas, el mural monumental de Lilia Carrillo, creado en 1969, se exhibe nuevamente en la Sala Nacional del Museo del Palacio de Bellas Artes. La pieza, titulada La ciudad desbordada, contaminación del aire, mide 5 por 6.40 metros y destaca por tener una moneda pegada directamente al lienzo, un gesto simbólico que invita a la reflexión sobre valor, memoria y el tiempo.
La exposición Lilia Carrillo. Todo es sugerente reúne más de 140 obras, incluyendo las últimas pinturas de la artista, realizadas antes de su fallecimiento en 1974. Carrillo, pionera de la abstracción gestual en México, sobresalió en un medio dominado por hombres y desafió la rigidez de la abstracción geométrica institucionalizada, produciendo en vida alrededor de 200 obras.
“Sus trabajos reflejan un vibrante dinamismo, que poco a poco se funde en un blanco lleno de luz y energía contenida, aludiendo a la fragilidad y al proceso inacabado de la vida y la creación”, explica Daniel Garza Usabiaga, director del museo y curador de la muestra.
Además del mural, la exhibición incluye testimonios visuales y textuales inéditos, como inscripciones en bastidores que documentan el tramo final de la vida de la artista, y relatos sobre el accidente que marcó su cuerpo y arte, escritos por Manuel Felguérez, su pareja de vida.
La muestra estará abierta hasta febrero próximo y se acompañará de un catálogo que reivindica la importancia de Lilia Carrillo en la historia del arte mexicano, especialmente como referente de mujeres artistas en un contexto histórico dominado por hombres.