Un nuevo análisis de rocas en Marte sugiere la posible existencia de vida microbiana hace 3,500 millones de años. Investigadores de la NASA estudiaron la formación Bright Angel, ubicada en el antiguo valle fluvial Neretva Vallis, y encontraron reacciones químicas compatibles con procesos biológicos, según un artículo publicado el 10 de septiembre en la revista Nature.
El estudio se centró en la roca denominada Cheyava Falls, donde el rover Perseverance detectó minerales como vivianita y greigita, formados por reacciones redox que, en la Tierra, suelen estar asociadas con actividad microbiana. Los geólogos Michael Tice y Joel Hurowitz señalaron que este hallazgo representa “lo más cerca que hemos estado de descubrir vida antigua en Marte”.
Aunque los resultados son prometedores, los científicos advierten que aún se necesitan más investigaciones para descartar que procesos no biológicos pudieran haber generado los mismos minerales. Para confirmarlo de manera definitiva, sería necesario traer muestras de Marte a la Tierra o explorar capas más profundas mediante futuras misiones, como el rover Rosalind Franklin de la Agencia Espacial Europea, previsto para 2028.
Si se confirma que la vida microbiana existió en Marte, esto significaría que al menos dos planetas diferentes albergaron microorganismos que obtenían energía de manera similar en un pasado remoto, lo que podría aportar información valiosa sobre la evolución de la vida en el universo.