Ciencia

Estudio revela que genes del golden retriever están ligados a emociones humanas

La investigación subraya que la relación entre humanos y perros no solo es emocional y social, sino también biológica

La genética del comportamiento suele parecer un terreno distante, pero un nuevo estudio coloca el foco en uno de los perros más populares del mundo: el golden retriever. Investigadores de la Universidad de Cambridge analizaron el ADN y la conducta de más de 1.300 ejemplares para entender por qué algunos son tranquilos, otros miedosos y otros destacan por su facilidad para aprender. El resultado fue revelador: varios genes que influyen en el comportamiento de estos perros están asociados también a rasgos emocionales y cognitivos en humanos.

El trabajo se basó en datos del Golden Retriever Lifetime Study, un proyecto de seguimiento a largo plazo que recopila información sobre salud, entorno y conducta. Mediante cuestionarios estandarizados, los científicos evaluaron rasgos como miedo social, ansiedad por separación, agresividad, energía y capacidad de entrenamiento. Posteriormente, realizaron estudios genéticos que permitieron identificar regiones del genoma relacionadas con estas conductas.

Al comparar estos genes con bases de datos humanas, los investigadores encontraron coincidencias con variantes asociadas a ansiedad, depresión, sensibilidad emocional e incluso inteligencia. Los expertos aclaran que esto no significa que perros y personas compartan comportamientos idénticos, sino que existen mecanismos biológicos comunes que influyen en cómo se regulan las emociones y se responde al entorno.

Uno de los hallazgos clave es que muchos comportamientos caninos no se deben a mala educación, sino a predisposiciones internas. Genes vinculados al miedo o a la agresividad influyen en cómo el perro gestiona el estrés, y el entorno termina de moldear la conducta final.

El estudio tiene implicaciones prácticas: permite diseñar métodos de adiestramiento más empáticos, ajustar rutinas según la sensibilidad del animal y mejorar su bienestar. Además, refuerza el valor de los perros como modelos para estudiar la salud mental humana, ya que su genética más uniforme facilita detectar señales difíciles de observar en personas.

La investigación subraya que la relación entre humanos y perros no solo es emocional y social, sino también biológica, y que comprenderla puede mejorar la convivencia entre ambas especies.

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