Ciencia

Los hongos zombis podrían revolucionar la agricultura

Podría desarrollarse una nueva generación de fungicidas naturales y específicos

Durante años, los hongos zombis han capturado la imaginación popular por su capacidad para invadir el cuerpo de las hormigas, tomar control de su sistema nervioso y convertirlas en marionetas que escalan hojas para morir de forma dramática, liberando esporas letales. Pero ahora, estos extraños organismos podrían estar al borde de una sorprendente redención.

Una nueva investigación liderada por el micólogo João Araújo, del Museo de Historia Natural de Dinamarca, busca transformar a estos infames hongos parásitos —en particular los del género Ophiocordyceps— en herramientas de alta precisión contra plagas agrícolas como pulgones y cochinillas, responsables de graves pérdidas económicas en cultivos de todo el mundo.

Con una beca de 1.2 millones de euros otorgada por la fundación danesa Villum Fonden, Araújo y su equipo han emprendido una expedición global que los llevará a los bosques tropicales de Brasil, Borneo, Kenia y Japón. Su objetivo: recolectar insectos infectados, identificar hongos simbióticos y comprender cómo ciertos linajes fúngicos han pasado de ser parásitos a convertirse en aliados nutricionales de sus huéspedes.

“Es increíble. El mismo linaje puede matar a un insecto o alimentarlo”, explica Araújo. “Y si ese insecto es una plaga, como un pulgón, entonces matar al hongo simbiótico podría ser la clave para eliminarlo sin dañar el ecosistema”.

Esta relación simbiótica no es nueva. Algunos insectos chupadores de savia llevan millones de años dependiendo de bacterias —y más recientemente de hongos— para obtener aminoácidos esenciales. Sin estos simbiontes, simplemente mueren.

Aquí es donde la ciencia ve una oportunidad: si se logra entender cómo funcionan estos hongos simbióticos, podría desarrollarse una nueva generación de fungicidas naturales y específicos, que solo afecten a las plagas deseadas. O incluso, lanzar a los hongos zombis contra otras especies de insectos problemáticos, sin los efectos secundarios de los pesticidas convencionales.

Las pruebas en laboratorio ya son prometedoras. Hongos cercanos al Ophiocordyceps, como el Cordyceps, han logrado reducir la reproducción y el ciclo de vida de cochinillas harinosas, polillas y pulgones. Pero el verdadero reto está en trasladar estos resultados al mundo real.

“La zombificación de insectos podría ser mucho más común y diversa de lo que pensamos”, comenta la micóloga Charissa de Bekker, de la Universidad de Utrecht. “Pero aún estamos lejos de entender por completo cómo ocurre”.

Por eso, el proyecto de Araújo no se limita a buscar hongos zombis, sino también a secuenciar sus genomas y reconstruir la historia evolutiva de estas complejas relaciones simbióticas.

“Solo estamos viendo la punta del iceberg”, afirma Araújo. “Pero si logramos comprenderlo, podríamos diseñar estrategias de control de plagas más eficientes, específicas y respetuosas con el medio ambiente”.

En un mundo cada vez más afectado por el cambio climático y la expansión de plagas, los hongos zombis podrían pasar de villanos de la naturaleza… a héroes de la agricultura.

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