Juan O’Gorman O’Gorman, uno de los artistas más completos y representativos del México del siglo XX, es recordado este 6 de julio en el 108 aniversario de su nacimiento. Arquitecto, muralista y pintor de caballete, O’Gorman se destacó por integrar sus conocimientos de arquitectura con la expresión plástica, dejando un legado único en la historia del arte y la arquitectura mexicana.
Nacido en la Ciudad de México en 1905, fue hijo de Cecil Crawford O’Gorman, ingeniero químico de origen irlandés, y de Encarnación O’Gorman. Su infancia transcurrió entre la capital y Guanajuato, donde la observación de paisajes rurales marcó profundamente su sensibilidad artística.
Formado en la Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM, O’Gorman se convirtió en el primer arquitecto funcionalista de México, desarrollando proyectos de casas-habitación y escuelas primarias que reflejaban un enfoque socialmente comprometido y práctico. Su debut profesional llegó en 1929 con una casa funcionalista en Palmas 81, que le valió la admiración de Diego Rivera, con quien desarrolló una estrecha amistad y colaboración. Precisamente, O’Gorman construyó la emblemática casa-estudio de Diego Rivera y Frida Kahlo, obra que consolidó su reconocimiento a nivel nacional.
A partir de 1935, O’Gorman se dedicó intensamente a la pintura y al muralismo, creando obras con fuerte contenido social y nacionalista. Entre sus murales más destacados se encuentran los de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria, los mosaicos de la SCOP, y el Retablo de la Independencia en el Museo Nacional de Historia, entre muchos otros. Sus obras combinan técnicas como temple, fresco y mosaico, con una visión que buscaba acercar el arte al pueblo mexicano.
Además de su labor muralista, desarrolló una obra de caballete destacada, con piezas como Recuerdo de los Remedios (1943), La Ciudad de México (1949) y Autorretrato (1950), donde refleja su sensibilidad por el paisaje, la historia y la fantasía. Su casa orgánica en la avenida San Jerónimo, construida en 1949, consolidó su propuesta de arquitectura orgánica, integrando diseño, geografía e historia en un espacio único.
O’Gorman fue un artista crítico de su tiempo, enfrentando censura en algunos de sus murales y manteniendo posiciones firmes frente a instituciones y figuras del arte. Su vida personal estuvo marcada por una profunda pasión por la creación, la enseñanza y el diálogo con otros artistas, como Diego Rivera y Frida Kahlo.
Tras décadas de creación y contribuciones al arte y la arquitectura mexicana, Juan O’Gorman falleció el 18 de enero de 1982, a los 76 años de edad. Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres, y su legado sigue siendo una referencia fundamental para las nuevas generaciones de arquitectos, muralistas y pintores en México y el mundo.