Ciencia

La extinción del silencio en la naturaleza

En un mundo cada vez más ruidoso, una red internacional de expertos propone certificar y proteger parques silenciosos

El silencio natural es un recurso cada vez más escaso en un mundo saturado de ruido producido por el ser humano. Por eso, organizaciones como Quiet Parks International (QPI), cofundada por el ecologista acústico Gordon Hempton, trabajan para certificar y proteger los últimos refugios de tranquilidad en el planeta, tanto en áreas urbanas como naturales.

En 2020, QPI certificó el primer Parque Urbano Tranquilo del mundo: el Parque Nacional de Yangmingshan en Taipéi, Taiwán, un espacio que ofrece un respiro sonoro en una de las zonas más densamente pobladas. En 2024, reconocieron a la Reserva Natural de NambiRand en Namibia como el primer Parque Natural Silencioso de África, destacando su compromiso con la conservación y la tranquilidad para humanos y animales.

El concepto de silencio natural no busca eliminar todos los sonidos, sino preservar aquellos producidos por la naturaleza, como el canto de las aves o el oleaje, evitando la contaminación acústica humana. Esto es vital no solo para el bienestar humano, asociado con la reducción del estrés y enfermedades cardiovasculares, sino también para la fauna, ya que el ruido interfiere en sus comportamientos y reproducción.

Para certificar un parque como silencioso, QPI realiza estudios acústicos que aseguran niveles de ruido de fondo inferiores a 45 decibelios, similares a una conversación en voz baja. Además, monitorean continuamente estos espacios para mantener sus condiciones.

El proyecto busca no solo proteger estos lugares, sino también fomentar una cultura que valore el silencio, similar a la conciencia ambiental del reciclaje. Ciudades como Nueva York, París y Brisbane están en planes para desarrollar parques urbanos tranquilos.

En definitiva, QPI apuesta por que la tranquilidad natural sea una opción accesible para mejorar la calidad de vida, ofreciendo espacios donde las personas puedan conectar con el silencio curativo que la naturaleza aún puede brindar.

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