Capturar un instante fugaz en la calle es uno de los mayores retos y encantos de la fotografía urbana. Desde Henri Cartier-Bresson hasta Vivian Maier, la llamada street photography se ha consolidado como un género artístico que mezcla testimonio social y estética visual.
Hoy, con la proliferación de cámaras digitales y teléfonos inteligentes, la fotografía callejera ha democratizado su acceso, pero también ha replanteado preguntas sobre ética, intimidad y autoría. “Una buena foto de calle no solo muestra lo que pasa, sino que cuenta una historia oculta en un segundo”, comenta el fotógrafo mexicano Iván López.
En ciudades caóticas como CDMX, Buenos Aires o Nueva York, los fotógrafos de calle encuentran poesía en el tránsito, los mercados, la protesta o la soledad urbana. Las redes sociales han impulsado este género, pero también lo han saturado, obligando a los artistas a buscar un lenguaje personal más allá de la inmediatez de Instagram.
La fotografía callejera sigue siendo un arte de resistencia: observar con calma en un mundo que corre.
