Durante décadas, se creyó que la Tierra tardó más de 100 millones de años en formarse y que su agua provino de asteroides y cometas. Sin embargo, recientes investigaciones de la Universidad de Copenhague y del Instituto Federal de Tecnología de Zúrich plantean hipótesis que podrían cambiar nuestra comprensión del origen del planeta.
El estudio danés, publicado en Science Daily, sugiere que la Tierra se formó de manera mucho más rápida, en solo unos pocos millones de años, a partir de la acumulación de pequeñas piedras del tamaño de milímetros. Según Martin Bizzarro, astrónomo y geoquímico, esta rápida formación implicaría que el agua y otros elementos esenciales para la vida podrían haberse integrado al planeta desde su creación.
Por su parte, la investigación suiza, publicada en Nature Astronomy, cuestiona el papel de los asteroides en la formación de la Tierra. Paolo Sossi y su equipo sostienen que las condritas de asteroides no explican la composición exacta del planeta y plantean que los planetesimales —pequeños cuerpos de roca y metal— podrían haber sido los verdaderos bloques de construcción de nuestro mundo.
Ambos estudios abren la puerta a nuevas preguntas sobre cómo se forman los planetas y cuál es la probabilidad de que existan mundos habitables en nuestra galaxia. Aunque aún no hay respuestas definitivas, la ciencia continúa explorando los secretos del planeta azul y su agua, fundamentales para la vida.