La Tierra podría tener un segundo acompañante en su viaje alrededor del Sol, y no se trata de ciencia ficción. La NASA confirmó que el asteroide 2025 PN7, descubierto por la Universidad de Hawái, se unirá a nuestro planeta como una cuasi-luna hasta el año 2083.
Este cuerpo rocoso mide entre 18 y 26 metros de diámetro y, aunque no será visible a simple vista, se convertirá en un compañero estable durante casi seis décadas. A diferencia de la Luna, que orbita directamente alrededor de la Tierra, las cuasi-lunas siguen una órbita principalmente solar, acercándose temporalmente a nuestro planeta y acompañándolo en su recorrido por el espacio.
No es la primera vez que ocurre: asteroides como Kamo’oalewa o 2023 FW13 han seguido trayectorias similares, pero 2025 PN7 destaca por su longevidad y estabilidad relativa. Gracias a sus características orbitales, podría permanecer vinculado con la Tierra durante 58 años, convirtiéndose en uno de los cuasi-satélites más duraderos registrados.
Este hallazgo, además de aumentar nuestro conocimiento sobre la dinámica de asteroides cercanos, subraya la complejidad y diversidad de objetos que acompañan al Sistema Solar en su viaje. Aunque no representa un peligro para el planeta, su estudio puede ofrecer valiosa información sobre la historia de nuestro entorno cósmico y sobre cómo interactúan cuerpos rocosos con la gravedad terrestre.
Así que, entre cometas, lunas y asteroides, la Tierra tendrá hasta 2083 “dos lunas”: la habitual y este visitante temporal que nos recordará que nuestro vecindario espacial es mucho más activo de lo que imaginamos.




