Durante siglos se creyó que Pieter van Ruijven fue el gran mecenas de Johannes Vermeer, el genio detrás de La joven de la perla y Vista de Delft. Sin embargo, nuevas investigaciones de la Universidad de Ámsterdam han revelado una historia muy distinta —una donde el verdadero apoyo detrás del pintor podría haber sido una mujer: Maria de Knuijt, esposa de Van Ruijven.
Los historiadores del arte Piet Bakker y Judith Noorman descubrieron que De Knuijt, hija de un comerciante textil de Delft, fue quien realmente tomó la iniciativa de adquirir al menos la mitad de la obra de Vermeer, incluyendo algunas de sus pinturas más reconocidas.
“Durante años se creyó que el coleccionista era Van Ruijven”, explican los investigadores. “Pero nuestras fuentes muestran que fue De Knuijt quien impulsó las compras y financió su carrera artística”.
Entre los documentos hallados destaca un testamento fechado en 1664, en el que De Knuijt deja 500 florines directamente a “Johannes Vermeer, pintor”, una suma considerable para la época. Un gesto personal y excepcional que demuestra un vínculo cercano y una profunda admiración por su trabajo.
“Deseaba que el dinero fuera exclusivamente para él, no para sus herederos”, señalan Bakker y Noorman. “Esto indica que De Knuijt no solo era una amante del arte, sino una verdadera mecenas que le permitió a Vermeer dedicarse plenamente a pintar”.
La influencia de Maria de Knuijt también aparece en una subasta de 1696, donde se vendieron 21 obras de Vermeer —entre ellas La lechera y La encajera— procedentes del patrimonio de su hija. Documentos de la época sugieren que fue De Knuijt, y no su esposo, quien originalmente realizó y registró esas compras.
¿Por qué su nombre fue ignorado durante tanto tiempo?
Según los investigadores, la historia del arte tradicionalmente se escribió desde una mirada masculina, que minimizaba o atribuía a los hombres las acciones de las mujeres.
“Durante siglos, los nombres femeninos en los archivos fueron subestimados o directamente reemplazados por los de sus maridos”, explica Noorman. “Solo en los últimos años comenzamos a reconocer su papel como compradoras, coleccionistas y formadoras del gusto artístico”.
Con su proyecto El impacto femenino, Bakker y Noorman buscan rescatar historias como la de De Knuijt, quien no solo apoyó económicamente a Vermeer, sino que ayudó a preservar su legado.
“Nos gusta bromear diciendo que, tras nuestros hallazgos, habría que rodar de nuevo La joven de la perla”, dicen entre risas. “En la película, Maria de Knuijt ni siquiera tiene una línea de diálogo, cuando en realidad fue una de las razones por las que Vermeer pudo pintar”.