Ciencia

¿Las plantas sienten dolor?

Pueden percibir su entorno y el estrés

¿Pueden las plantas sentir dolor? La respuesta científica es clara: no, al menos no de la misma manera que los animales. Aunque carecen de nervios, receptores del dolor y cerebro, los vegetales poseen sistemas sensoriales complejos que les permiten percibir y reaccionar ante su entorno.

Investigadores de la Universidad de Melbourne, en Australia, y de la Universidad de Lund, en Suecia, han estudiado durante años cómo las plantas detectan estímulos físicos, desde el viento y la lluvia hasta el tacto de animales o humanos. Plantas como la dionea atrapamoscas (Dionaea muscipula) pueden cerrar sus hojas en medio segundo para capturar insectos, mientras que la mimosa sensitiva (Mimosa pudica) se repliega al tacto como mecanismo de defensa.

“La clave está en la epidermis”, explica el Dr. Kim Johnson, investigador australiano. Esta “piel” vegetal protege la estructura interna y funciona como un sensor que percibe tensiones ambientales, permitiendo que la planta modifique su crecimiento frente a obstáculos o condiciones adversas.

Por su parte, los científicos suecos han profundizado en la genética del estrés vegetal, descubriendo cómo el contacto o estímulos mecánicos activan genes y hormonas específicas. Según Olivier Van Aken, de la Universidad de Lund, estos hallazgos podrían aplicarse en agricultura para aumentar la resistencia de cultivos y mejorar su productividad.

Aunque las plantas no sienten dolor, sí muestran respuestas fisiológicas sofisticadas a factores externos como el viento, la lluvia o los herbívoros, y estas reacciones son fundamentales para su supervivencia y adaptación evolutiva. Como concluye Britannica, los éxitos y fracasos de las plantas no se deben al sufrimiento, sino a la interacción constante con su entorno, un mundo sensorial propio y sorprendentemente complejo.

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