Michael Chaves regresa al universo de El Conjuro con su cuarta entrega, El Conjuro 4: Último Ritos (EE. UU., 2025), que marca un cierre simbólico para la pareja de investigadores paranormales interpretada por Vera Farmiga y Patrick Wilson. La película se estrenó este 4 de septiembre y llega con una duración de 135 minutos, apta para mayores de 13 años.
Tras un prólogo ambientado en 1964, la historia salta hasta 1986, cuando la hija de Lorraine y Ed, Judy Warren, ya adulta, presenta a sus padres a su prometido. El matrimonio, retirado y con problemas de salud, acepta un último caso: una posesión diabólica en la casa de la familia Smurl, en Pensilvania. Allí, una joven llamada Heather enfrenta los efectos de un espejo que oculta oscuros secretos.
La película mantiene la esencia de la saga: suspenso, sustos efectivos y el carisma del icónico matrimonio Warren. Sin embargo, los críticos destacan algunos problemas: su larga duración, momentos sentimentales exagerados y un guion derivativo que recurre a fórmulas ya conocidas del género. Chaves demuestra oficio como director, pero evita riesgos creativos, apostando a lo seguro dentro del universo de terror establecido por James Wan.
El filme, además de sustos, ofrece un espacio para la nostalgia, recordando la trayectoria de la franquicia que ha recaudado más de 2.100 millones de dólares a nivel global. Los fanáticos también podrán disfrutar de material de archivo sobre los Warren y una escena postcréditos que podría abrir nuevas posibilidades para la saga.
A pesar de sus debilidades, El Conjuro 4 cumple su función: cerrar un ciclo emblemático del cine de terror contemporáneo mientras recuerda por qué Ed y Lorraine Warren se han convertido en figuras queridas del género.