Ciencia

Los misterios detrás de la luna llena

La ciencia ha demostrado que la influencia lunar en el cuerpo humano es mínima

La luna llena ha fascinado a la humanidad desde tiempos remotos. De acuerdo con la Enciclopedia Britannica, esta fase se produce cuando toda la cara iluminada de la Luna es visible desde la Tierra, lo que permite que la mayor parte de la luz solar se refleje hacia nuestro planeta.

A lo largo de la historia, distintas culturas han vinculado a este astro con deidades y rituales. En la Antigua Grecia, la diosa Selene era la personificación de la Luna, mientras que entre los mayas se le asociaba con Ixchel, divinidad de la fertilidad y la artesanía, según un documento de la NASA. Incluso, los nombres dados a cada luna llena —como luna de fresa o luna de ciervo— estaban relacionados con ciclos agrícolas o climáticos.

Las religiones también han mantenido un vínculo con el satélite. En el hinduismo, la luna llena o Purnima se celebra con ayuno; en el budismo, representa un elemento natural de veneración, y en el paganismo existen rituales específicos para esta fase. La Britannica recuerda que, como uno de los objetos más brillantes del cielo, la Luna ha sido símbolo recurrente en creencias y leyendas.

El mito más popular es quizá el del hombre lobo. De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, durante siglos se creyó que la luna llena podía desencadenar transformaciones o comportamientos incontrolables. Algunas enfermedades como la porfiria, que causa fotosensibilidad, llegaron a alimentar estas supersticiones.

Sin embargo, la ciencia ha demostrado que la influencia lunar en el cuerpo humano es mínima. Investigaciones médicas han descartado una relación entre la fase llena y fenómenos como el insomnio, la menstruación o la frecuencia de partos.

Aunque los estudios niegan su impacto biológico, la luna llena sigue iluminando el imaginario colectivo, entre la espiritualidad, el misterio y la belleza nocturna.

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