El universo está lleno de planetas sorprendentes que desafían nuestra imaginación. Algunos destacan por sus características extremas y peculiares.
Uno de ellos es HD 189733b, un gigante gaseoso donde llueven cristales de silicato a velocidades de hasta 8,700 km/h, provocando tormentas de fuego y polvo abrasivo. Su atmósfera azul intensa se debe a la dispersión de luz por partículas de vidrio en suspensión.
Otro exótico es WASP-12b, un planeta tan cercano a su estrella que su superficie se derrite y el calor extremo provoca que su material se evapore hacia el espacio, deformando su forma en un óvalo alargado.
En contraste, Kepler-16b orbita dos soles, un sistema binario que recuerda a los paisajes de ciencia ficción. Sus variaciones de luz crean climas extremos y ciclos de día-noche únicos.
También está 55 Cancri e, un planeta rocoso que podría tener océanos de lava y minerales exóticos, con temperaturas superficiales que superan los 2,400 °C, lo que lo convierte en uno de los mundos más calientes conocidos.
Estos planetas muestran la diversidad cósmica y revelan que nuestro sistema solar es solo una pequeña muestra de lo que el universo puede ofrecer. Explorar estas excentricidades astronómicas nos recuerda que la ciencia sigue descubriendo mundos donde la física y la química alcanzan sus límites más extremos.
