Los pulpos son considerados los invertebrados más inteligentes del mundo, capaces de resolver problemas, abrir conchas y explorar su entorno con una sorprendente habilidad. Según la Enciclopedia Britannica, todos los pulpos poseen ocho tentáculos flexibles, cada uno con alrededor de 300 ventosas dispuestas en dos filas, que les permiten agarrar, examinar y manipular objetos con precisión.
El tamaño de estos moluscos varía notablemente: desde el pequeño Octopus arborescens, de apenas 5 centímetros, hasta el pulpo gigante del Pacífico (Enteroctopus dofleini), que puede superar los 5 metros de longitud y una envergadura cercana a los 9 metros.
Sus tentáculos no solo sirven para alimentarse y explorar, sino también para desplazarse por el fondo marino y escapar de depredadores. Ante una amenaza, muchos pulpos expulsan un líquido oscuro a través de su sifón, dificultando que los depredadores los detecten. Además, las ventosas cuentan con receptores sensoriales capaces de reconocer texturas y sabores, lo que les permite “saborear” su entorno.
Gracias a su inteligencia y adaptabilidad, los pulpos son protagonistas de numerosos estudios, documentales y libros, como Other Minds, de Peter Godfrey-Smith, que explora su compleja conciencia y habilidades cognitivas. Estas criaturas siguen siendo un recordatorio del misterio y la fascinación que los océanos aún guardan.