Durante décadas, la investigación científica sobre el envejecimiento se centró en prolongar la vida. Hoy, el enfoque comienza a cambiar: no se trata solo de vivir más años, sino de envejecer mejor. Un nuevo estudio realizado por investigadores japoneses aporta evidencia de que mejorar la eficiencia energética de las células puede retrasar algunos de los procesos biológicos asociados al envejecimiento.
Publicado en la revista Aging Cell, el trabajo se enfoca en las mitocondrias, estructuras celulares responsables de producir la energía necesaria para el funcionamiento del organismo. Con el paso del tiempo, estas “centrales energéticas” pierden eficiencia, lo que favorece desequilibrios metabólicos, inflamación crónica y daño celular.
El estudio identifica un papel clave de la proteína COX7RP, encargada de organizar los complejos mitocondriales que participan en la respiración celular. En lugar de aumentar la cantidad de energía producida, esta proteína mejora la calidad del proceso energético, haciéndolo más eficiente y menos dañino para la célula.
Para comprobar su impacto a largo plazo, los científicos trabajaron con ratones modificados genéticamente para producir mayores niveles de COX7RP durante toda su vida. Los resultados mostraron que estos animales vivieron más tiempo y, además, presentaron un perfil metabólico más saludable: menos acumulación de grasa, mejores niveles de colesterol y triglicéridos, y menor inflamación asociada al envejecimiento.
A nivel celular, las mitocondrias produjeron más energía útil y menos moléculas asociadas al estrés oxidativo, uno de los principales factores del deterioro celular. Aunque los resultados no implican una aplicación inmediata en humanos, el hallazgo abre nuevas vías para investigar estrategias que favorezcan una vejez más saludable, enfocadas en la eficiencia energética celular y no solo en el control de los síntomas del envejecimiento.




