Miguel Valladares, el potosino que rescató a Pocoyó
Con mucha más discreción que sus hermanos, pero con pasos igual o hasta más certeros, Miguel Valladares García ha sabido ganarse el respeto y la admiración de la iniciativa privada por la manera tan efectiva en que ha sabido moverse en distintos campos empresariales; lo mismo fue líder en el ramo acerero, que lo ha sido en la prensa y en el ramo del entretenimiento como lo ha sido desde la adquisición de Pocoyó, el famoso dibujo animado que, con el paso de los años, se ha consolidado entre los favoritos del público infantil.
La historia se remonta a 2016, cuando Zinkia, la empresa que tenía los derechos de la animación, presentaba deudas que prácticamente resultaba impagables. Miguel, que ya entendía la dinámica de este negocio y vislumbró el enorme potencial que tenía, cubrió una parte importante de este tema, situación que lo convirtió en el socio mayoritario y, de un momento a otro, de arrebató el control a José María Castillejo quien, para entonces, era el socio con la mayor cantidad de acciones en su poder.
Cuando Pocoyó quedó en manos de Miguel Valladares se dio un importante relanzamiento con nuevas temporadas y nuevas temáticas que le permitieron incursionar en nuevos mercados donde fue recibido con beneplácito, situación que le permitió consolidarse como una de las empresas de animación con mayor prestigio, reconocimiento y capacidad creativa en todo el mundo. Ello, desde luego, revivió a Pocoyó quien parecía estar condenado a la desaparición por la poca visión que tenía su anterior propietario. Años después, el dibujo animado permanece en el gusto de miles de niños al rededor del globo.
Miguel Valladares lleva el mismo nombre de su padre, destacado político que fue de los alcaldes más queridos de San Luis Potosí, en tanto que sus hermanos han llamado la atención mediática en reiteradas ocasiones por ser cercanos a la élite política y empresarial de San Luis Potosí.