Un potente terremoto de magnitud 8.8, registrado la madrugada del 29 de julio de 2025 frente a la península de Kamchatka, en Rusia, no solo activó alertas de evacuación en el Pacífico norte, sino que marcó un hito científico sin precedentes. Por primera vez, un tsunami oceánico fue observado en alta resolución desde el espacio gracias al satélite SWOT (Surface Water and Ocean Topography), desarrollado por la NASA y la agencia espacial francesa CNES.
El sismo ocurrió en la zona de subducción Kuriles-Kamchatka, una de las regiones sísmicamente más activas del planeta, donde la placa del Pacífico se introduce bajo la de América del Norte. La ruptura alcanzó unos 400 kilómetros de extensión y levantó el fondo marino hasta cuatro metros en su punto central, generando un tsunami que se propagó por el océano.
Durante su órbita, el satélite SWOT pasó sobre la región afectada y logró medir variaciones en la altura del mar de apenas unos centímetros, registrando en tiempo casi real la forma, dispersión y evolución de la ola. Los datos fueron comparados con mediciones de boyas DART y modelos sísmicos tradicionales, revelando discrepancias que obligaron a los científicos a crear un modelo híbrido más preciso sobre el origen y comportamiento del tsunami.
El estudio, publicado en The Seismic Record, también permitió comparar este evento con el devastador terremoto de 1952 en la misma región. Aunque ambos ocurrieron en zonas similares, el de 2025 tuvo un deslizamiento más profundo, lo que explica su menor impacto destructivo.
Aunque SWOT no opera en tiempo real para alertas inmediatas, su capacidad de observación abre una nueva era para el estudio de tsunamis, mejora la comprensión del riesgo sísmico y refuerza el desarrollo de modelos más precisos para futuras emergencias.




