Oppenheimer; ¿el primer Oscar para Christopher Nolan?
*La épica epopeya de un hombre complejo, «me he convertido en la muerte, destructora de mundos»
El destino de la energía nuclear es destruirnos a todos, empezar una reacción en cadena que terminará con toda la vida en la faz de la tierra, estos fueron los primeros cálculos que los científicos atómicos encontraron al iniciar sus estudios en la energía nuclear, al realizar un nuevo cálculo los resultados cambiaron… pero el primer resultado ya habría marcado el destino de nuestro planeta, esta reflexión es la médula espinal del filme «Oppenheimer», que sigue a esta figura heroica y trágica a través de una vida compleja, dolor,heroísmo y pérdida.
El filme más reciente del aclamado director, Christopher Nolan, triunfo este fin de semana en taquilla como en crítica, entregándonos una epopeya épica sobre la vida de una de las figuras más importantes en los años 40s y 50s, estelarizada por un reparto de estrellas como lo son Cillian Murphy, Robert Downey Jr, Florence Pugh, Matt Damon, Emily Blunt, Casey Affleck.
La película nos relata dos líneas del tiempo principales, diferenciadas por el uso de color y la ausencia de éste en un blanco y negro. La primera historia marcada por el color y la subjetividad de Oppenheimer nos relata sus primeros años como estudiante, alguien de quien los profesores reconocían su «genialidad» pero le reprochaban la falta habilidad matemática y práctica, vemos cómo se transforma de un estudiante promedio a uno de los catedráticos más importantes en la rama científica y un pionero en la enseñanza de la mecánica cuántica.
Durante esta primera rama de la película nos acompaña un ritmo rápido, la historia parece transcurrir de un modo acelerado, no terminamos de sumergirnos del todo en la vida de este hombre por la rapidez con la que la película nos arroja su vida, una propuesta consciente dentro del ritmo del Nolan que funciona para denotar la velocidad con la que cambiaba el mundo durante esos años, todo parece estar girando y cambiando.
Cillian Murphy nos regala una actuación espléndida, llena de matices y vida, mostrando a un hombre complejo, un hombre que siente, un hombre que engaña, un hombre que se equivoca, se desmorona y lucha.
Cuando llegamos al inicio de la carrera armamentística el ritmo ya algo acelerado aumenta al doble, sumergiéndonos de lleno en la tensión que construye de forma espectacular con la rápida edición y musicalización de la cinta, que nos recuerda que el tiempo se está acabando y parece que algo grande sucederá pronto, toda la construcción y desarrollo del bomba en los alamos representa las mejores escenas de la película, donde la tensión llega a su punto máximo cuando en la prueba atómica «trinity» en contra de toda probabilidad, el equipo de Oppenheimer tiene éxito y estallan la primer bomba atómica en la historia.
La recreación de la explosión es tan sublime como terrorífica, el público en las salas de cine no parpadeo en ningún momento, podías ver las caras de horror y asombro al entender la caja de pandora que se liberó. El sonido y la fotografía de Hoyte Van Hoytema no pudieron ser mejor.
A la par que corre la historia de la carrera armamentística tenemos otra linea del tiempo que tiene lugar años posteriores de la detonación de Hiroshima y Nagasaki donde se somete a juicio a Robert Oppenheimer, siendo Lewis Strauss su verdugo, interpretado de manera brillante por Robert Downey Jr, quien seguramente alcance una nominación al Oscar por Mejor Actor de Reparto.
Esta segunda línea se llega a sentir como una película distinta, y no solo por el cambio de color a blanco y negro, el ritmo se vuelve más lento y algo encrucijado durante algunos momentos, convirtiéndose en una película de juicios y testimonios que tienen como objetivo manchar o limpiar el nombre de Robert.
Un gran acierto fue intercalar paulatinamente entre ambas líneas de tiempo, ya que si la película fuera lineal decaeria bastante en la segunda mitad con el fin de la explosión nuclear
La película nos regala imágenes impactantes, todo lo que se construye alrededor de la bomba es lo mejor de la cinta, ahí alcanza la plenitud de su realización y tensión, las conversaciones de Oppenheimer y Albert Einstein representan la esencia y alma de la cinta, poniendo en la mesa las cuestiones filosóficas detrás de la lucha armamentista y el poder de destrucción.