Panteón del Saucito y Real Caja, nominados para «Tesoros Culturales del Mundo»
* El cierre del registro será el próximo 12 de noviembre
San Luis Potosí incorporará siete lugares turísticos de la capital potosina a la «Lista Representativa de los Tesoros Culturales del Mundo», campaña que realiza el Bureau Internacional de Capitales Culturales en colaboración con el Ayuntamiento potosino.
El objetivo es promover y divulgar el patrimonio cultural del municipio de San Luis Potosí de una manera didáctica, pedagógica y lúdica, por lo que se busca establecer nuevas rutas turísticas que permitan a los visitantes conocer la riqueza patrimonial y promover la participación ciudadana.
El registro para las candidaturas cerrará el próximo 12 de noviembre, sin embargo, San Luis Potosí ya cuenta con siete lugares y zonas turísticas entre las que resaltan la Real Caja y el Cementerio del Saucito.
Real Caja
La fundación de la Real Caja data del 20 de junio de 1626¸ aunque comenzó a funcionar hasta 1628 en uno de los locales de las antiguas casas reales (actual Centro Cultural Palacio Municipal). A mediados del S. XVII los oficiales de la Real Caja adquirieron una finca que arreglaron con el objetivo de convertirla en un espacio para resguardar los tributos, pagos de derechos, depósitos y deudas pertenecientes a la Corona Española.
En 1764 bajo la dirección del Tesorero Oficial Real y arquitecto aficionado don Felipe Cleere se edificó la nueva Caja Real; a él también se deben la edificación de la alhóndiga y el Santuario de Guadalupe, de un estilo totalmente barroco, característico de la arquitectura colonial. En el remate de su fachada ochavada se encuentra una imagen de la Virgen de la Concepción obsequiada por Carlos III. También cuenta con un patio octagonal con unos elegantes arcos.
Cementerio Municipal del Saucito
El Cementerio Municipal del Saucito ha sido un conjunto funerario que se construyó a finales del siglo XIX con el propósito de reubicar y unificar los cementerios que existían en diferentes zonas de la ciudad y en los barrios tradicionales, evitando con esto los riesgos sanitarios en la época.
Como en otros cementerios civiles en la ciudad, se erigieron monumentos que reflejaban la identidad de la sociedad local y la riqueza de los materiales que fueron utilizados para su construcción en las diferentes tumbas, sarcófagos o mausoleos.