Ciencia

¿Por qué envejecemos diferente?

Fumar, dormir mal o consumir carnes procesadas lo acelera.

Dos personas pueden compartir la misma edad cronológica, pero tener décadas de diferencia en el estado real de sus órganos. ¿La razón? Según un estudio de Stanford Medicine publicado en Nature Medicine (2025), el envejecimiento no es uniforme: cada órgano sigue su propio reloj biológico, y ahora es posible medirlo mediante un simple análisis de sangre.

A partir del plasma de casi 45.000 personas del UK Biobank, los científicos identificaron más de 2,900 proteínas que reflejan el envejecimiento de 11 sistemas del cuerpo, incluido el cerebro, el corazón, los pulmones y el sistema inmunitario. Esta técnica permite predecir enfermedades incluso años antes de que aparezcan.

Uno de los hallazgos más importantes: un “cerebro joven” reduce en un 74 % el riesgo de desarrollar Alzheimer, mientras que un “cerebro viejo” triplica esa probabilidad. Además, quienes mantienen tanto el cerebro como el sistema inmunitario en estado juvenil tienen un 56 % menos riesgo de morir, sin importar su edad real o genética.

Solo el 27 % de los participantes presentaba órganos con una edad biológica dentro del rango normal. Por el contrario, quienes acumulaban más órganos envejecidos mostraban hasta ocho veces mayor riesgo de muerte.

El estudio también identificó factores que influyen en el ritmo del envejecimiento. Fumar, dormir mal o consumir carnes procesadas lo acelera. En cambio, hacer ejercicio, tener buena educación o comer pescado azul ayuda a mantener los órganos más jóvenes.

Este avance abre la puerta a una medicina personalizada del envejecimiento, donde prevenir enfermedades será tan importante como tratarlas. En lugar de reaccionar ante los síntomas, podríamos monitorear nuestros órganos y tomar decisiones a tiempo.

El envejecimiento, concluyen los investigadores, no es una sentencia, sino un proceso que —en parte— podemos modificar.

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