Pedro Pascal, el actor chileno-estadounidense de 50 años, se ha convertido en uno de los rostros más omnipresentes y cotizados de la industria cinematográfica actual. Desde su salto a la fama con Juego de Tronos como el príncipe Oberyn Martell, Pascal ha protagonizado series y películas que lo posicionan como un icono contemporáneo: Narcos, The Mandalorian, The Last of Us, Gladiator II, y ahora Los 4 Fantásticos: Primeros pasos.
El fenómeno Pascal no se limita a la cantidad de proyectos; es un renacer tardío que combina talento, carisma y una conexión genuina con el público. Su carrera tardó en consolidarse, pasando por roles menores en televisión y teatro, hasta lograr papeles protagónicos que muestran su versatilidad y profundidad actoral. A esto se suma su capacidad de conectar con los valores contemporáneos: su defensa de causas progresistas, su apoyo a la comunidad LGBTIQ+ y su interpretación de una masculinidad más sensible y empática.
Actualmente, Pascal encadena proyectos de primer nivel: antes del estreno de Eddington (2025), protagoniza Materialistas junto a Dakota Johnson y se prepara para repetir como Reed Richards en Avengers: Doomsday. Además, encabezará la primera película de Star Wars en siete años, The Mandalorian & Grogu.
El actor no solo domina la pantalla, sino que también es querido en los sets y por la audiencia, convirtiéndose en una figura admirada por su talento, autenticidad y trayectoria como inmigrante chileno que llegó a Hollywood escapando de la dictadura de Pinochet. Su ascenso meteórico es prueba de que el éxito puede llegar tarde, pero con un impacto duradero.
Pedro Pascal no solo está “en todas partes”; representa una nueva forma de estrella, donde la sensibilidad, la ética y el compromiso social son tan valorados como la fama y los premios. En un Hollywood que cambia, él se consolida como un referente moderno de la actuación y de la celebridad.