Plástica

Recordando la vida y obra del fotógrafo Sebastião Salgado

Reconocido por sus icónicas imágenes en blanco y negro

El fotógrafo brasileño Sebastião Salgado, reconocido por sus icónicas imágenes en blanco y negro que documentaron durante cinco décadas tanto la dureza de la vida humana como la majestuosidad de los paisajes remotos del planeta, falleció este viernes a los 81 años. La información fue confirmada por la Academia de Bellas Artes de Francia, de la que era miembro desde 2016, y por el Instituto Terra, fundado junto a su esposa, Lélia Wanick Salgado, dedicado a la restauración ecológica.

Economista de formación, Salgado abandonó una prometedora carrera en organismos internacionales para dedicarse a la fotografía, convirtiéndose en un cronista visual de los conflictos sociales, la migración, la pobreza, el trabajo y la degradación ambiental en diversas regiones del mundo. Su lente reflejó con sobriedad y profundidad tanto la fragilidad humana como la belleza natural en riesgo.

Nacido en Aimorés, Brasil, en 1944, estudió economía en la Universidad de São Paulo y completó un doctorado en París. Su acercamiento a la fotografía comenzó en los años setenta durante viajes a África como funcionario de la Organización Internacional del Café. Posteriormente trabajó con agencias como Sygma y Gamma, antes de unirse a la prestigiosa cooperativa Magnum Photos.

Entre sus series más importantes se encuentran Sahel: el hombre en apuros (1986), Other Americas (1986), Workers (1993), Exodus (2000), Genesis (2013) y Amazônia (2021). Esta última fue presentada en México en febrero de 2025 en el Museo Nacional de Antropología, con más de 230 imágenes que mostraban la riqueza del bosque amazónico y las comunidades indígenas que lo habitan, enfatizando la urgencia de su conservación.

Salgado recibió numerosos premios internacionales, entre ellos el Eugene Smith de Fotografía Humanitaria, el Erna y Victor Hasselblad y los Infinity Awards del International Center of Photography de Nueva York. Su obra forma parte de colecciones permanentes en instituciones como el MoMA y la National Gallery.

Además de su legado fotográfico, Salgado se dedicó a la restauración ecológica del valle del Río Doce en Brasil, logrando reforestar más de dos millones de árboles a través del Instituto Terra, demostrando que la acción ambiental y el arte pueden ir de la mano.

Su muerte ocurre en un momento crítico para el planeta, marcado por crisis climáticas, migratorias y sociales. La obra de Sebastião Salgado permanece como un testimonio visual del poder de la fotografía para la reflexión y el cambio.

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